Santa Rosalía es una apacible ciudad que merece ser caminada para respirar su historia y conocer el porqué de su hermosa fisonomía afrancesada. Sus pequeñas calles invitan al viajero a perderse para descubrir a su propio ritmo el bagaje minero de este enclave, único en su tipo en toda la Baja.
¿Listo para viajar en el tiempo y aterrizar más de 130 años atrás?
Monumento que da la bienvenida a todos los visitantes de Santa Rosalía y que representa el pasado y presente minero de esta ciudad.
Santa Rosalía es como un museo al aire libre, por ello es que desde hace más de treinta años fue declarada por decreto presidencial como Zona de Monumentos Históricos, ya que cuenta con uno de los conjuntos arquitectónicos de fines del Siglo XIX más importantes de México.
Desde aquí hace más de ciento treinta años se controlaba la vida de toda la comarca minera de Santa Rosalía.
Edificio público que resalta por su hermosa arquitectura estilo francés colonial de finales del Siglo XIX.
Símbolo de la antigua minería de Santa Rosalía, “El Chute” es una estructura de madera que se ubica en la orilla norte del puerto de la ciudad y en tiempos de la Compañía Francesa El Boleo, fue donde se depositaba la escoria de la mina.
Ubicada en la entrada de la ciudad, a espaldas de la famosa “Maquinita”, la Biblioteca Mahatma Gandhi es un inmueble histórico que fue construido en sus inicios como hogar particular de una familia de origen galo.
En sus orígenes, Santa Rosalía se dividía en tres grandes zonas: Mesa México, donde vivían los empleados del gobierno mexicano; centro, donde residían los obreros de las minas y Mesa Francia, donde habitaban los directivos franceses de la entonces Compañía El Boleo.
Una casualidad y el descubrimiento de yacimientos de cobre hizo que brotara una nueva ciudad en medio del desierto sudcaliforniano en 1868.
Santa Rosalía es una ciudad costera que se encuentra frente al hermoso Mar de Cortés.